K. ESTUDIO DE D. KOSTOPOULOS Y G. KERAMIDES (1992)
En su estudio10 de los cambios «piezoeléctricos» para medir el posible alargamiento de la hoz del cerebro cuando se aplica una tracción anterior sobre el frontal, advirtió una repuesta elástica que aparece a partir de los 140 g de tracción. Con una tracción de 6-42 g, la hoz del cerebro se alarga 1,097 mm.
L. ESTUDIO DE M. LEWANDOSKI, E. DRASBY, M. ZANAKIS (New York College of Osteopathic Medicine, 1992)
A partir de su estudio utilizando marcadores infrarrojos y un sistema kinemático constituido por agudas de acupuntura clavadas en las suturas sagital y parietofrontal, demostró una amplitud de movimiento en las suturas del cráneo del orden de 245-285µ no solamente en relación con la maleabilidad del hueso.
Estos movimientos rítmicos se producen a un ritmo de 2,25/min, un tercio o 4 minutos.
M. ESTUDIO DE UPLEDGER Y VREDEVOOGD(1983)
Mostró en el mono la existencia de neuronas que van desde la sutura sagital, pasando por las membranas meníngeas, hasta la pared del tercer ventrículo.
Se emitió la hipótesis de un sistema tipo telégrafo que conecta las suturas y el sistema ventricular cerebral; el aumento de presión intraventricular se relaciona con una actividad tipo ^tretch reflex a partir del tejido conjuntivo y elástico íntersutural, así como de los plexos neurovasculares.
N. ESTUDIO DE F. BECKER (Departamento de Biomecánica de la Universidad de Michigan, 1977)
Estudió la hipótesis de que el CRI resulta de los escuerzos realizados por los músculos extracraneales y de las tensiones del sistema fascial, que se inserta sobre el cráneo, en respuesta a la fuerza de la gravedad y produce las fluctuaciones del LCR.
O. ESTUDIO DINAMOMETRICO DEM.ALTIERI (1974)
El estudio consistió en la medición de la amplitud de movimiento en rotación interna, inducido por la aplicación de un empuje con un dinamómetro sobre la es cama temporal en un punto cercano al borde superior. El bostezo sutural provocado es de unos 800µ a partir de una posición de rotación externa.
El experimento se basa en practicar un empuje dinamométrico en distintos puntos de la escama temporal, con un sistema de lentes, para observar el desplazamiento producido en el ámbito de la interlínea articular, desde la rotación interna máxima hasta la rotación externa máxima.
De esta manera, sobre cráneos de cadáveres frescos se analizaron las amplitudes posibles, así como los ejes de movimientos de los huesos temporal, occipucio y esfenoides.
P. ESTUDIO DE M. LECOQ
(Tesis doctoral en agronomía y fisiología animal aplicada. Universidad de Rennes, 1980)
Son los elementos meníngeos y membranosos interóseos los que Favorecen el retorno de los huesos del cráneo en la rotación interna, mientras que la externa se debe al aumento de presión de LCR.
En cuanto a las fluctuaciones de LCR, están causadas esencialmente por la respiración torácica, sobre la cual se calca su frecuencia y amplitud.
ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA MOVILIDAD DEL CRÁNEO
En este estudio nos referiremos a los trabajos de Viola Frymann, puntualizando que nuestro grupo de investigación prepara una experimentación por proceso óptico de tipo interferométrico. Con la ayuda de láseres conectados a un ordenador, pensamos obtener una imagen holográfica tridimensional, que afinando mucho (precisión del orden del micrón) los resultados obtenidos anteriormente nos dará la posibilidad de abordar analítica e instantáneamente este movimiento, relacionándolo con otros ritmos del organismo.
Con la ablación de la caja craneal en un paciente vivo, podemos observar varias clases de movilidades:
- – una movilidad sincrónica con las pulsaciones cardiacas.
- – una movilidad asociada a los cambios de presión unidos a la inspiración y a la espiración pulmonar.
- – dos clases de ondas rítmicas independientes de las dos precedentes.
Por otra parte, las posibilidades discriminatorias de la palpación humana permiten a los Osteópatas:
- – describir un movimiento en la cavidad craneal, que es asimilable a un modelo mecánico de repleción-depleción de una estructura semirrígida,
- – distinguirla de otros movimientos cíclicos palpables en este nivel.
Se pueden realizar varias anotaciones sobre las observaciones realizadas en las palpaciones.
El sentido del tacto, al igual que el del oído y la vista, cuando se contrastan con movimientos cíclicos o vibratorios, se somete a ilusiones en la percepción.
En efecto, el estímulo sensitivo se representa por la suma de dos presiones rítmicas de frecuencias diferentes, la percepción efectiva, función no lineal de la presión total, registrará oscilaciones ficticias cuyas frecuencias serán la suma y la diferencia de las presentes.
Por lo tanto, es posible registrar táctilmente dos ritmos, en los que uno será la diferencia y el otro la suma de dos frecuencias. Concluyendo, los movimientos rítmicos inducidos por la extremidad de los dedos del observador interferirán con los del cráneo del paciente, de tal manera que la sensación final podría ser solamente una frecuencia de batida que da una ilusión de movimiento propio.
Se ha previsto un estudio instrumental para eliminar este argumento.
EXPERIMENTACIÓN INSTRUMENTAL
Ha sido estructurada por etapas sucesivas que han determinado:
- – que el movimiento craneal existía.
- – que poseía una amplitud y un ritmo propios característicos.
- – que se le podía comparar con otros movimientos cíclicos del organismo.
Al principio se presentaron problemas técnicos. Se trataba de buscar unos aparatos que permitieran el registro de las amplitudes ínfimas y que evitaran o limitaran las interferencias de movimientos indeseables, como, por ejemplo, los movimientos de la cabeza producidos por las modificaciones torácicas durante las fases de inspiración y espiración, los movimientos involuntarios por la fatiga o por las variaciones de tono de los músculos de la nuca, concluyendo con las pulsaciones arteriales que se presentan en los tejidos del epicráneo.
Se decidió emplear para la detección transformadores diferenciales monta dos a la vez en serie y en oposición, para anular las informaciones sin investigar y duplicar las demás.
Las sondas de detección se fijaron por medio de un sistema de ajuste progresivo. Lo que entrañó, después de algún tiempo de contacto, un vaciado de la señal de los tejidos del epicráneo y la eliminación de las pulsaciones locales inherentes a las variaciones de presión arterial.
Los transformadores fueron de nuevo unidos a uno de los bornes de un oscilógrafo; el otro borne estaba unido sucesivamente a un neumógrafo y después a un pletismógrafo.
Para terminar, fue necesario realizar un soporte de cabeza y de nuca rígido muy confortable y nada elástico que se adaptase a la forma deseada.
Las señales representadas por la respiración pulmonar eran reducidas pidiendo al paciente que mantuviese una apnea sin ser precedida de una violenta inspiración anterior para no aumentar las tensiones.
RESULTADOS.