Sin la respiración el ser humano es incapaz de vivir, es una función vital, pero también es necesario realizarla de forma correcta. Se realiza por vía nasal en condición normal, pero en ocasiones, cuando sobre todo el niño/a tiene problemas, obliga a cambiar dicha función normal por otra que es diferente y en general, patológica. Entre ellas nos encontramos de forma directa con la «Respiración Oral». Esta adaptación trae como consecuencias una serie de cambios, faciales, craneales, dentales, posturales y fisiológicos en el paciente con «Síndrome de respiración bucal». A lo largo de los años han habido muchos autores que han discutido este trastorno, siendo uno de los debates principales, la controversia de si son factores hereditarios o son generados a través de los condicionantes patológicos respiratorios. Una cosa que veo habitualmente en clínica es la cantidad de niños con esta problemática y las alteraciones que se pueden llegar a producir en cada uno de ellos, no sólo a nivel bucal, sino en todo el organismo. El principio de todo es la disfunción respiratoria a la que se ve asociada al niño/a con trastornos respiratorios. El diagnóstico lo observamos desde la entrevista, historia clínica, anamnesis, exámenes complementarios, plataforma baropodométrica, radiografías etc…Y que en tal caso nos guiará hacia el tratamiento adecuado del niño/a, y que junto con el otorrinolaringólogo se llevará a cabo un tratamiento multidisciplinar eliminando los trastornos que traen consigo este tipo de patologías.
RESPIRACIÓN BUCAL
La respiración bucal es un trastorno habitual en edad de crecimiento, se produce cuando se generan alteraciones obstructivas en las vías respiratorias superiores, amígdalas hipertróficas, desviaciones del tabique nasal, sinusitis o rinitis recidivantes o alérgicas. En cualquier caso, inicialmente estos pacientes pueden respirar por la nariz y por la boca, pero cuando la respiración bucal se convierte en automática es cuando comienzan a producirse alteraciones en la estructura bucal y facial. La morfología de la cara de estos pacientes se suele denominar «Cara Adenoidea» que es lo mismo que una estructura craneal dolicocefálica. El paciente obedecerá a unos rasgos distintivos de su cara, creando su respiración y adaptación estructural una cara alargada, ojos caídos, ojeras azuladas, narinas pequeñas, labio superior incompetente y acortado y el inferior evertido con la boca abierta para poder respirar, con las consecuencias de tener más predisposición a la enfermedad respiratoria porque la calidad del aire respirado no es buena debido a que no pasa por el filtro de la nariz y su temperatura no adecuada que pasa directamente al pulmón hace que el paciente tenga recidivas en sus trastornos respiratorios.
Aunque la respiración bucal no se encuentre asociada a procesos de maloclusión, este trastorno si que puede llegar a producir problemas como mordida abierta, cruzada, posterior, maxilar superior más profundo y estrecho e hiperplasia gingival.
La mayoría de los autores coinciden en que la respiración bucal es el origen de las alteraciones bucodentales, faciales y esqueléticas descendentes. Los trastornos dentales y faciales, así como las posturas tienen un denominador en común, se trata de trastornos descompensatorios que pueden tener diferentes etiologías, tanto traumáticas como adaptativas y que conducen al paciente hacia una descompensación en cadena. Esta descompensación puede ser de carácter ascendente o descendente en dependencia de muchos factores etiológicos, morfológicos o ambientales y que se acentuarán más y mejor en dependencia de si es un paciente de temprana edad o adulto.
El Odontólogo y el Logopeda son las dos especialidades que confluyen en este caso y que el uno debe de estar apoyado por el otro en el tratamiento el paciente respirador bucal. El Logopeda es el especialista que le compete rehabilitar los trastornos respiratorios, mejorando su función fisiológica a través de ejercicios y de adaptaciones higiénicas, también del control muscular sobre todo de la lengua que es un músculo precursor de las anomalías morfológicas de la boca.
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El tratamiento que se ha llevado a cabo con este paciente es en base a sus características sintomatológicas.
Por medio de esta especialidad se ha buscado reeducar al sistema inmunitario.
Por medio de esta técnica se ha intentado equilibrar el organismo, haciendo que sea más aficiente y efectivo ante la enfermedad,
La energía dispersa y mal ordenada es un estado patológico y que por medio de la Acupuntura se obtienen muy buenos resultados.
Los oligoelementos son sustancias muy pequeñas que hacen que el organismo se active de una manera controlada.
La medicina natural tiene remedios para tratar de coadyudar con este tratamiento haciendo que el organismo goce de buena salud y afronte la enfermedad.
La integración de diferentes especialidades es la que hace a la Clínica Cedesna diferente. El enfoque individualizado tiene la característica de ser una potente herramienta para tratar a nuestros pacientes.
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